En la playa fluvial de Ponte-Caldelas, entorno natural impecable — no podíamos imaginar un sitio mejor– nos reunimos entorno a unos músicos estupendos, nos deleitaron con comida vegana y cervezas artesanas. Todos nuestros sentidos estaban brillantes disfrutando de un soleado día (Y al final no llovió!). Nuestras intenciones y corazones contentos desafiaron al hombre del tiempo, y ganaron!
Tenemos mucho, mucho que agradecer a tanto apoyo. Los cocineros vinieron de lejos con su sabiduría y sus potas y los gestores de cantina y stand llenaron de alegre buen humor los tickets y las charlas del café, los montajes y los mil pequeños detalles (gracias Miguel, Fins, Nerea, Yolanda, Lola, Hugo, Laura, Sandra, Celia, Fátima, Rosy, Mónica, Manu, Erika y tantos otros…) y nuestra célula de Valmiñor, que no sólo hacen un estupendo trabajo allá, sino que se nos unen y vienen aquí a apoyar (mil gracias)
Participamos de dos talleres muy necesarios en este entorno, uno para defender nuestras abejas y flores, en el que aprendimos a hacer trampas para avispas velutinas; y otro de ecofeminismo para proteger a las personas de comportamientos patriarcales agresivos y protegemos con sabiduría «La revolución es feminista o no es». La educación para una nueva conciencia ecológica y social empieza en casa (gracias Verena y Julia).
Los músicos se trajeron sus equipos, y hasta algunos micros (gracias Amoras Maduras, Toxo na silveira, Trío Manouche, Ciobra Folk, Earán) y sobre todo, sus acordes y su buen hacer. Skandal nos aportó el montaje y el equipo de sonido y tuvimos un técnico de sonido para nosotr@s todo el día. (Gracias Isaac y Olaf) Hubo música para todos los gustos salida de las entrañas de nuestra terriña. Un nivel excelente que disfrutamos todos!
Y también contamos con el estupendo Tipi para l@s niñ@s y sus pinturas de barro tribales nos conectaron con lo más profundo y ancestral. (Gracias, Inés) Hay alguien a quien no le guste jugar con el barro?
Y nuestr@s artesan@s nos iban abriendo el camino con sus objetos llenos de amor. Fue bonito ver la cestita con sus productos variados que nos cedieron para el sorteo. Tod@s queríamos ganar un premio tan lindo!
Y muchas gracias a Andrés que nos dejó el chiringuito y al otro Andrés que nos facilitó toda la ayuda en la comunicación del evento y la estructura del escenario además del apoyo moral.
Y aquí os dejamos las fotos del día (gracias Jesús) para que no se nos olvide nunca, que entre todos SI podemos cambiar las cosas.
Así que disfrutamos y disfrutamos, equipo en armonía, trabajando –mucho, mucho– y nos quedamos rellenos-rellenos –como el pavo de navidad– de amor, solidaridad, alegría y muchas ganas de empezar a rexenerar nuestros bosques. Ahí vamos!